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Esto no es una guerra contra el
Ejecutivo, pero esta batalla no convence y por tanto, le retiran su apoyo.
Saben que estamos en un periodo de crisis económica muy fuerte, pero la subida de tasas universitarias y el recorte de becas no es la solución más correcta.
Saben que estamos en un periodo de crisis económica muy fuerte, pero la subida de tasas universitarias y el recorte de becas no es la solución más correcta.
Lo que ha llevado a esta
situación han sido las formas. Nadie informó a los rectores de las medidas que
se iban a llevar a cabo, ni se les preguntó su opinión. El ministro de
Educación, José Ignacio Wert, desde su nombramiento no se había reunido con
ellos y esto no se lo perdonan. El Ejecutivo aprobó la reforma y acto seguido
la llevó por la vía urgente al Parlamento, evitando así que se presentaran
enmiendas. Una actuación de cobardía y miedo a que se protestara, a que se
defendieran, a que se cuestionaran.
No ha habido posibilidad de
consenso ni diálogo. El ministro incluso se preguntó sí los rectores estaban a
la altura de la situación, pues su comportamiento, según Wert, no se
justificaba. Parece ser que protestar o quejarse ante las injusticias en materia
de educación no tienen cabida, solo lo que dicta el supremo es lo válido y lo
correcto. Y mientras el resto de la población calladita y sin salirse de la
línea marcada.
Mª Carmen Hernando Borja
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