Parece ser que la solución a los parados y jubilados está siendo cada vez
más el voluntariado. Empieza por ser una forma de entretenimiento y desahogo en
un momento de crisis económica, y acaba siendo una manera de ayudar a la gente
que más lo necesita.
El número de personas que se interesan por hacer tareas de voluntariado
ha aumentado un 20% en lo que va de año, y parece que lo seguirá haciendo. Además
de llevar a cabo una labor humanitaria, a los profesionales desempleados les
sirve para invertir su tiempo y conseguir experiencia que incluir en su
curriculum. A estos además se unen las personas mayores de 65 años que poseen
ganas de ayudar y ven en esto una manera de distracción en su rutina del día a
día.
Esto, a su vez, para las ONGs es muy positivo, ya que en esta época de
crisis en la que vivimos además de aumentar el número de parados, han aumentado
las necesidades de ayuda a los desfavorecidos. Para todo esto se requiere
tiempo y ganas, algo que les sobra a millones de españoles en este momento. Es por
tanto una profesión, no remunerada, que aumenta; a diferencia del resto de
puestos de trabajo que disminuyen día a día.
Mª Carmen Hernando Borja
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